Aquellos tiempos.
Aquellos días en que éramos tan inocentes, tan crédulos.
En que éramos cien por ciento felices.
Libre de preocupaciones.
Lo que más nos preocupaba era no perdernos el último capítulo de nuestra serie favorita de dibujos animados.
O ir a los juegos.
O jugar con los niños del vecindario.
Aquellos tiempos.
Aquellos días en que éramos tan inocentes.
En los que siempre sonreíamos.
En los que iba con mi padre y mi hermana a andar en bicicleta.
A la laguna, y jugábamos y alimentábamos a los peces.
A la universidad, los cuatro.
Al cine.
A los juegos del parque.
Al cerro.
A la playa.
Al centro.
Al supermercado.
A Penco.
O aquellas navidades en que íbamos a la plaza o dábamos una vuelta por el vecindario, mientras el viejo pascuero dejaba los presentes.
Y cuan inocentes éramos, puesto que creíamos en todo eso.
Y en la escena que preparaban.
El pavo, el living, los chocolates. Todo.
O cuando todos armábamos el pino.
O colaborábamos con la preparación de la cena.
O cuando te ayudaba a hacer pan, galletas, queque o lo que fuera.
O aquellos días en los que llegaba exhausto a casa, radiante de felicidad, puesto que todos jugamos en el colegio. Todos.
O aquellos cumpleaños en que recibía poco, cosas simples que para mi significaban tanto.
O cuando iba a andar en bicicleta por el vecindario y me decías los lugares en que debía estar, y yo, ilegalmente, iba más allá apresuradamente para que no notaras.
Aquellos tiempos, aquellos días.
En que éramos felices, libres de preocupación alguna.
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sábado, 21 de junio de 2008
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2 comentarios:
a pesar de que no teniamos preocupaciones
aun sigo siendo feliz :)
cada etapa tiene lo suyo
ahora hay tantas cosas con las cuales disfrutar y ser feliz
a pesar de las preocupaciones y obligaciones que podamos tener :)
daria lo ke fuera..
En que momento nos corrompimos?
en fin..
como dice la nashi..
cada cosa tiene lo suyo..
yo lo toy pasando la rax
xD
cuidate
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